jueves, 20 de marzo de 2008

una de cal y otra de cal



Hemos aprovechado para ir al cine estos días. Casi que podríamos habérnoslo ahorrado. No voy a relatar ahora el "incidente" vergonzoso por las entradas de 10000, del que asumo toda la responsabilidad, así que comentaré simplemente la película de Emmerich... si es que algo se puede comentar porque, aunque entretenida, cualquier cuestión superficial sobre esta producción haría saltar sus costuras. Siguiendo la estructura clásica del cine de aventuras, una vez más "el rescate de la princesa" en su variante Cromagnon, Emmerich mezcla un incipiente imperio egipcio con una multicultural época prehistórica a la que el doblaje, plaga peor que el terrorismo o la guerra, termina de dar la puntilla de ridiculez en algunos diálogos, la insipidez y caricatura de sus personajes y el aburrido uso de los efectos especiales.
Pero antes que 10000 sufrimos Pozos de ambición. Polémica aparte sobre la doble identidad o esquizofrenia del personaje Paul/Eli Sunday, la pretenciosa película de Anderson se pierde en ramificaciones y protuberancias más propias de la novela en que está basada que en la estructura cinematográfica. Al metraje le sobran kilómetros de historia sin interés, pues habría quedado como una producción notable si en la sala de montaje no hubieran tenido piedad con las tijeras. Daniel Day-Lewis aparece en el 95 por ciento de los planos y por culpa del mercenario del doblaje no sabemos si actúa bien o mal, aunque intuyo que, gracias a su presencia y su actitud física, debe haber hecho un buen trabajo. Como nadie quiso quedarse conmigo para ver los créditos finales, y está claro que, yendo en manada hay que seguir al grupo y no me iba a quedar solito en la sala, el imdb ha tenido que resolver mi duda sobre la música que sonaba en algún momento de la película, me refiero a un concierto para violín de Johannes Brahms. A propósito, una banda sonora apreciable que suena con gran acierto en varios momentos.
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1 comentario:

  1. Apreciado "cabeza en la puerta".
    Ya sé que tratandose de una misión "profesional" los criterios difieren, pero a mi, no se me ocurriría nunca entrar en una sala donde proyectan una cosa llamada "10000" ó "pozos de ambición".. pero también cometo errores.
    Paseando por aqui, en el espacio sideral, se me ocurrió entrar a ver un documental sobre
    Georges Brassens.. Cantautor muy apreciado en la vecina galia. Aguanté 35mn.. hasta que en la descripción del personaje hablan de sus desventuras durante el periodo 1939-1945. Fué, como les tocaba a los jovenes, bien nacidos de la epoca, enviado a trabajar a las fabricas alemanas de armamento (a no bien nacidos, les tocaba los hornos crematorios). A el, precisamente le toco "BMW". Su "excusa" en la entrevista era que" Vivia en su mundo de poesia, que no se enteró de lo que pasaba alrededor". Antes de vomitar en el asiento, dejó la sala y busco un local acojedor para emborracharme.
    Todo esto, viene al caso, para poner el acento en el hecho de que las peliculas son también y sobre todo vehiculos y reflejos de ideologias y pensamiento.
    En vuestros comentarios hecho de menos la reflexion sobre el fondo de las peliculas...es que uno es "raro" y la soledad del espacio..
    Major Tom

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