domingo, 1 de junio de 2008


Lo mejor es el título: Antes de que el diablo sepa que has muerto. Por lo demás, y fustigando mis espaldas por haber caído en la horrible tentación de meterme en un cine que proyecta películas dobladas, es decir, manipuladas, amputadas, destrozadas, aniquiladas, diré que, siendo una especie de fanático del punto de vista único (en su momento defendí a capa y espada la escrupulosa honestidad de Carlos Reygadas en Batalla en el cielo), esta inútil moda posmoderna, al fin y al cabo ganas de ser pedante y falso renovador, de destruir la estructura de una narración para servirla desde el punto de vista de cada personaje y a trocitos en sentido inverso, y por tanto disfrazando de aparente innovación lo que no son más que repugnantes flash backs, no conviene a una película cuyo inicio ya señalaba una estimulante dirección, como digo truncada por el modus operandi del cineasta molón. Hablaría de los actores, pero lo único que puedo decir es lo que he visto, porque escucharlos ha sido imposible gracias a la voz del yogur con bífidus y a la voz del Opel Astra. Marisa Toméi muy mona, eso sí.

2 comentarios:

  1. Pero seguro que Ethan Hawke te ha resultado más mono, a pesar de los años y de que no se suba a un pupitre para recitar a Whitman.

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  2. Ethan Hawke estará mono siempre... ¡viva Cineclub gay!

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