martes, 30 de septiembre de 2008

Babylon, de Mathieu Kassovitz


Guiados por el indiscutible liderazgo de nuestro aclamado mesías cinéfilo, algunos de los miembros de este club caímos (voluntariamente) en la trampa y perdimos un par de horas de nuestra vida con esta mamarrachada francesa (pues gabachos son el sobrevalorado director y el pedante, según el parecer de los críticos de la revista Gilgamesh, autor de la novela). De nuevo una memez de nuestros vecinos, encabalgados en su complejo de inferioridad audiovisual que compensan con una "sucesión de truculencias" e incoherencias insípidas en este caso o con filosofía nihilista del "todo a cien" como en el caso de, por ejemplo, Dejad de quererme. Y a esto le llaman ciencia ficción... padre Dick, perdónales, que no saben lo que hacen.

viernes, 26 de septiembre de 2008

los estrenos de la semana

Babylon
El niño con el pijama de rayas
El patio de mi cárcel
La desconocida
Passengers
Tropic Thunder
Viajeros y magos
CSNY/Déjà vu

Y cero. Por fin vuelve Cineclub. Este domingo, a las diez de la noche, el estreno de la nueva temporada.

Vicky Cristina (María Elena, Judy, una prima del Maresme...) Barcelona, de Woody Allen


Woody durante el rodaje de la película en Barcelona. Fotografía de Mariano Cruz.

Allen ha sido agradecido y ha salido del apuro insertando un par de escenas rodadas en Oviedo, por aquello del premio Príncipe de Asturias de hace 6 años, en este publirreportaje de la ciudad condal, en la que al parecer se imparte un máster de "identidad catalana". Y he aquí el problema de esta aparatosa, por no decir tramposa, historia típica sobre los tópicos hispanos; la estructura. Allen empotra una historia paralela terciaria para hacer que la historia secundaria tenga una incidencia en la historia principal. Los últimos 30 minutos de metraje son un disparate propio de Almodóvar, haciendo que los personajes de repente se vuelvan locos y estúpidos al capricho de un guión improbable y escandaloso que busca terminar cuanto antes. Aparte de tres o cuatro réplicas ingeniosas al más puro estilo Allen, un par de inteligentes (o astutos) juegos de manos de montaje y dos escenas que Penélope Cruz levanta a pulso ella solita (la película empieza y acaba cuando aparece ella, en realidad), esta dorada postal (por la fotografía amarillenta y calurosa, muy en plan "Barcelona debe ser como Méjico") a mayor gloria (o perjuicio) de Barcelona cae en barrena hacia el limbo de las historias insípidas y vacuas. La Johanson (esa sosa, según nuestro amado Coque), por cierto, no parece saber hacer otra cosa que no sea "perderse en la traducción", y esta vez, literalmente.

sábado, 20 de septiembre de 2008


La TDT ha traído algunas cosas buenas, como la posibilidad de ver las películas y series en versión original (chupaos esa, mercenarios del doblaje) con las que los canales atiborran sus parrillas. Como decía Robin Williams en El rey pescador, a veces entre la basura se encuentran pequeñas perlas, como esta estupenda serie titulada Big bang. Para hacerlo perfecto, Antena 3 podría gastarse algunas perras en subtitularla.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Los girasoles ciegos, de José Luis Cuerda


Otra película sobre la guerra civil. Aunque esta trata sobre las consecuencias. Después de la lamentable La educación de las hadas, Cuerda nos trae una historia de inopinada sobriedad y aceptable factura. Acaso la intervención de difunto Azcona en el guión haya contribuido a la consecución de una naturalidad oral que, incluso así, se pierde, aunque menos que otras veces para vergüenza del espectador mínimamente exigente. Pero como Azcona no puede hacer nada en la dirección de actores, tarea exclusiva del señor director, se advierte la ¿incapacidad, desánimo, torpeza? de Cuerda. Cámara y Verdú dibujan unos personajes algo anodinos, ensombrecidos por la inicialmente confusa, quizás risible, construcción de Raúl Arévalo, impagable en El camino de los ingleses o en Azul oscuro casi negro, pero que se va ajustando y comprendiendo conforme transcurre, a paso lento pero con buen ritmo, la historia. En definitiva, otra película española sobre la guerra civil que, ¡cáspita!; es potable... mas como el agua, fácilmente digerible y susceptible de eliminarse con admirable facilidad.
Cuerda dedica un portentoso primer plano al austríaco más famoso de la historia, introduciendo indirectamente la relación entre el Régimen y el Reich.

los estrenos de la semana

Atrapado en un pirado
Cuatro vidas
Los extraños
Vicky Cristina Barcelona

A ver cómo anda de salud el gafotas. Quedan 9 días, ojo al dato.

viernes, 12 de septiembre de 2008

2x1, oferta especial, pack de cine español


Lo mejor de Una palabra tuya se concentra en esta imagen. Malena Alterio, una de esas secundarias imprescindibles -lo que no quiere decir que no pueda afrontar papeles protagonistas- de las que el cine español no siempre ha gozado, y Esperanza Pedreño, cuya construcción del personaje de Mari Carmen Cañizares en la serie televisiva Cámera café no tiene precio y del que toma algunos retales para el personaje de Milagros. Bien poco se puede decir de este costumbrista y algo lúgubre cuento con final feliz. Acaso se le podría reprochar más de un bache en la estructura del guión, especialmente hacia el final, la confusa inserción de una secuencia donde no debería (pues hasta ese momento todo sigue un curso lineal) y, como siempre, alguna frase de esas que "se compran en el Carrefour" (maldito doblaje). Por lo demás, lo de siempre, una película de gente sentada hablando de lo mala que es la vida, puf... bueno, tampoco es tan así... ¿lo ven?, tibieza, todo tibieza, ¡qué dulce mediocridad!, qué fácil de olvidar.


Esta es una montaña de estiércol audiovisual, Carlitos y el campo de los sueños. Pareciera que ni hubiese director (un tal Jesús del Cerro), o que fuese uno de los infames niños que pululan delante de una cámara que apenas se mueve del primer al medio plano y vuelta a empezar, sin contar con los repugnantes planos-contraplanos cual adoquines que el director nos tira a la cabeza, en los que rechina como piara de cerdos la discontinuidad propia del rodaje. Salvo Josep María Pou, que seguramente decidió hacer la guerra por su cuenta ante tanto despropósito, el resto de actores e infantería dan bastante pena, por malos o por desanimados, y se convierten en caricaturas tristonas que balbucean palabras sin imprimirles ningún ritmo, ningún entusiasmo, ninguna energía a esta tv movie insoportablemente edulcorada, convencional y aburrida. Por otra parte, parece mentira que nadie en este país haya conseguido rodar un partido de fútbol con un mínimo de sentido común. Lo mejor, es decir, lo único que merece la pena, y estoy siendo muy generoso, son las dos tonterías que hace el chavalín de la foto y un plano del interior de las gradas del Carlos Tartiere. Todo lo demás, a la basura... o a la tele, que es lo mismo.

los estrenos de la semana

El rey de la montaña
Espíritu del bosque
Mi ligue en apuros
Un verano en la Provenza
Wanted (Se busca)
Cien clavos

La última no estará en la cartelera sevillana. Atención porque se acerca el momento de que los chicos del Cineclub retomen las ondas.

martes, 9 de septiembre de 2008

De impostores e idiotas


La imagen superior corresponde a la película bautizada en España como Zohan: licencia para peinar (otra desternillante muestra del ingenio de los distribuidores). Siendo una comedia de Adam Sandler, cualquier intento serio de hacer una crítica puramente cinematográfica es inútil, pues esta clase de "precocinados" no tienen mayor mérito (y es bastante) que el de animar una tarde de domingo en casa cuando la ponen por la tele. La cuestión por la que traigo aquí esta locura surrealista de Dennis Dugan no es sin embargo el mensaje político que la impulsa, siguiendo las bondadosas directrices ideológicas de la Alianza de Civilizaciones del presidente del gobierno español. La cuestión, una vez más, es el sufrimiento humillante y hórrido al que nos somete el invento más desgraciado desde la bomba atómica: el doblaje. El doblaje es una plaga, un cáncer, una especie de pesadilla consuetudinaria, y no por ser la elección mayoritaria ha de ser la correcta. En fin, porque a todo el mundo le guste el café, el tabaco o los Beatles tanto como a las moscas les deleita el sabor de los excrementos bovinos no vamos a implantar un sistema que no sólo se caga (nunca mejor dicho) en el trabajo de otras personas sino que además sirve como arma de manipulación, entre otras muchas cosas que ya he mencionado en este mismo foro. El doblaje de Zohan es pésimo, como el de cualquier película estrenada en España, aunque este lo es por duplicado pues a veces ni siquiera es inteligible. Recuerda un poco al de esa horrenda creación de la factoría Lucas que es el repugnante Jar Jar Binks. Para colmo, además, anuncian esta película

(aquí se llamará Hermanos por pelotas... pelotas tiene la cosa, ¡rediós!)
usando como "señuelo" que Santiago Segura y Florentino Fernández pondrán la voz chispeante y divertida a esta comedia. Pues ya puestos, que pongan su imagen también, total, qué más da. Me pregunto si la gente compraría los discos... (no seamos ingenuos) si la gente se bajaría los discos de los Beatles en caso de que la voz de un tal Sergio Dalma (que también es cantante, ¿no?) sustituyera a la de Paul McCartney.

viernes, 5 de septiembre de 2008

jueves, 4 de septiembre de 2008

Wall-e, de Andrew Stanton


Alarde visual, portento imaginativo, ingenio, gracia... Wall-e es una estupenda película que sin embargo pierde altura en la segunda mitad, curiosamente, cuando la historia empieza a contarse de forma oral. Acaso la introducción de personajes que contradicen la convención estética interna (si al principio aparece un actor real, me resulta incoherente que en la segunda parte sean dibujos) remata un delicioso cuento con moraleja que podía haber llegado a más altas cotas.
No obstante, el diseño de cada elemento escénico de Wall-e es un deleite audio-visual, un asombro. Los personajes están perfilados con maestría canónica, y se podría hablar además de un guión perfecto si no fuera por esa parte final en la que se recurre al consabido "rescate en el último momento" en una de sus múltiples variantes. El protagonista de Wall-e, una mezcla entre E.T. (difícilmente Wall-e supondrá en estos tiempos lo que supuso el bichejo de Spielberg para aquella generación) y los abnegados robots de Naves misteriosas (con la que comparte la moraleja ecologista, entre otras muchas cosas), es un adorable muñequito de inocencia y luminosidad infinitas cuyos trazos son marca de la casa en cuanto a la construcción de personajes, para ejemplo un botón: Eva, Auto o M-O.


Entre los muchos detalles y guiños habituales en estas películas (hace gracia, por ejemplo, tontunas como que la carga completa de energía de Wall-e se anuncie con el mismo sonido con el que se inician los ordenadores Mac), los espectadores españoles que no vivamos en un ciudad medianamente civilizada nos perderemos el de la voz de la Weaver, que, después de llevar "mucho tiempo en el espacio" (véase Alien 3), sucumbe a los efectos de los rayos cósmicos y muta en ordenador de a bordo de la nave Axiom (nombre que los guionistas han usado como diciendo...). Pero qué más da, la voz de la mercenaria que tira por tierra el trabajo de Sigourney incluso merece un lugar en los títulos de crédito... puaj.
Uno no puede dejar de pensar en el cine español cuando se encuentra ante ejemplos de tan estimulante y poderosa creación como Wall-e. No haré leña del árbol caído (arbusto feúcho y yermo, más bien), pobrecito mío, pero como detalle último añadiré el divertido ejemplo a seguir, en cuanto a capacidad creativa, que son los créditos finales o el cortometraje que precede a la película, Presto.