miércoles, 4 de febrero de 2009

Guerra de novias, de Gary Winick


Esto... bueno, resulta que ayer estaba lloviendo y que me resbalé y algo debió golpearme la cabeza antes de entrar en el cine, porque yo iba con la intención de asistir a la proyección y posterior debate de un corto de 1910 de Ole Hufhyer, precursor del impresionismo experimental escandinavo... y no sé cómo, me vi sentado ante esta cosa... ¡a quién quiero engañar, rediós!, en un loable gesto de generosidad infinita pensé que una imbecilidad como esta podría nutrir mi estómago cinéfilo, pero... No obstante, a pesar de las situaciones tópicas, del abuso de convencionalismos, del nulo peso de unos personajes que son más bien caricaturas, incluso cuando el cine se vuelve más pueril, más estúpido, más insípido, más ridículo, incluso así, la industria estadounidense nos hace una demostración de poder, no sólo porque siguen colándonos cagarrutas como esta, sino que, encima, es una muestra impecable de estructura y tono del género de la comedia.

2 comentarios:

  1. Estructura, estructura... Anda, que yo sí que te voy a dar a ti estructura, es la última vez que te hago caso...

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  2. jajajajaj

    Tetsuo estoy contigo... que carajo te golpeó la cabeza

    Aunque yo también busco joyas entre la basura.

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