sábado, 25 de abril de 2009

La duquesa, de Saul Dibb


Dejar de ver La duquesa no significa gran pérdida si ya se ha visto alguna película inglesa de época porque esta repite la fórmula; fasto, pompa, circunstancia, regodeo comprensible en la lengua de Shakespeare y lances amorosos y/o políticos. Todo muy bien explicado y fotografiado. La única razón, pero no suficiente, para entrar en el cine sería el deseo de admirarse ante el impecable y siempre excelente trabajo de Ralph Fiennes... en el caso de poder verlo en versión original; de no ser así la mejor opción es huir del cine y salir con un gesto airado de desprecio hacia los impostores del doblaje.

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