sábado, 27 de junio de 2009

Uno tiene que reírse, porque si se lo tomara en serio...
¿para cuándo incluir sus nombres, como se hace en otros países, en los títulos de crédito finales? Se ignora así una contribución decisiva que, como sucedía con las salas cuando podían diferenciarse unas de otras, localiza la experiencia del cine en un lugar y la vincula a unas voces...
Si el señor que escribe esto fuese un crítico de cine de verdad y tuviera inquietud (y respeto) artística o cinematográfica sería de esos espectadores curiosos que se quedan a ver los créditos finales, y entonces, vería que, a menudo, aparece un cartelito con los nombres de los impostores. Menciona la "contribución decisiva" del doblaje, como si eso fuera un mérito y no una forma más de censura, corrupción, adulteración de un proceso creativo y aniquilación de los derechos de autor de los actores sobre su voz, su herramienta de trabajo. Y, puesto a ser sentimentales, habla de la vinculación emocional de la voz de un impostor con la del actor al que expolia; ¡qué mayor vinculación que la oír la auténtica voz del intérprete! La verdadera justicia para un actor de doblaje es la que se merece alguien que roba, engaña o falsifica.

jueves, 25 de junio de 2009

Terminator salvation, de McG


Medio en broma confesaba a mi dueña el desencanto que siento ante el cine actual, pero es cierto que, habitante de una ciudad tercermundista, mis opciones se reducen a la raquítica y monocromática cartelera del multicines de cebo y engorde del espectador convencional, no obstante la saludable excepción del cine Avenida. Así, últimamente, cada vez que salgo de una sala de proyección, o incluso mientras estoy en ella, en mi cabeza se generan interminables reflexiones sobre el cine, los cineastas y las películas. Esta de la que toca hablar se inscribe dentro de un nuevo género que llamaremos "cine de siderurgia", no sólo por el material metálico de los personajes de la saga sino por las considerables dosis de ruido, pesadez y rigidez que lastran su estructura y otras cuestiones cinematográficas y la inequívoca sensación de "cadena de montaje" con la que se confecciona. Si ayer exponía la particularidad del cine de comedia y ponía en duda su calidad cinematográfica, de justicia me parece incluir en el lote este "cine de siderurgia", cuya narración da preponderancia a las escenas y secuencias en las que lo único que ocurre es una persecución, una pelea o una batalla, haciendo que las escenas intermedias no sean más que un mero trámite en el relato (son inconfundibles, es cuando se aprovecha para preguntar si queda alguna chuchería que llevarse a la boca) y, sobre todo, anulando ya desde la idea seminal cualquier intención de desarrollar los personajes, el argumento o cualquier ínfimo detalle que pudiera provocar algún estímulo en la nada exigente (y menos aún educada) audiencia.

martes, 23 de junio de 2009

Una noche en el museo 2, de Shawn Levy


Apenas tres años ha tardado en llegar esta secuela que explota la idea germinal. Idéntica a la anterior historia prácticamente en todo, apenas nada se puede decir que no se dijera en su momento; es decir, comedieta sin más con la que pasar un rato más o menos agradecido, pero que, como otras de su especie, estimula una reflexión que a continuación comparto. Desde el pasado Festival de Cine Europeo de Sevilla, cuando asistí a la rueda de prensa del director de El amor sorprende a Robert Zimmermann (traducción libre), Leander Haußmann, el asunto sobre la calidad cinematográfica del género de la comedia me da vueltas en la cabeza, y es ante películas como esta cuando vuelvo a preguntarme si, en efecto, las películas adscritas a esta vertiente de lo audiovisual pueden cosiderarse no ya arte (el séptimo, debate que doy por cerrado en contra de tal calificación), sino simplemente cine. Y es que el cine como forma de expresión, al menos para mí, debe regirse por unas convenciones de la misma forma que un idioma se rige por una gramática. La comedia, y algún que otro género tan específico como ese, está obligada, por naturaleza, a traspasar las líneas que marcan esas convenciones, apartándose así hacia un terreno fronterizo, eso sí, muy permeable, en el que no obstante obtiene una clasificación que la hace perfectamente reconocible. En estos terrenos adyacentes se encuentran por ejemplo el porno, el experimental o el documental, géneros que, dentro del reino audiovisual, antes de formar parte integral del cuerpo del cine, se ramifican y alejan, teniendo no obstante la misma raíz. Y es así como, para hacer la crítica de una comedia, hablar de estructura, planificación, montaje o puesta en escena no tiene ningún sentido, puesto que la comedia es, en esencia, una reelaboración constante de aquella anécdota que registrara el primer cinematográfo: el regador regado.

Los mundos de Coraline, de Henry Selick


Inevitablemente emparentada con la estética de Pesadilla antes de navidad y el gusto por el rococó escenográfico de Miyazaki, esta aparatosa y tediosa película consume el interés del espectador en el primer rollo. A partir de ahí, agotada la materia narrativa, la peripecia de la protagonista se convierte en la, últimamente habitual, superación consecutiva de niveles de dificultad, como en los videojuegos, a la que se une un magro despliegue de bichitos y ocurrencias varias que, he de confesarlo, me aburrieron hasta el punto de adormecerme durante unos minutos. Lo mejor, sin duda, el breve plano final, posterior a los créditos de cierre, en el que se muestra un momento del making of de este ostentoso cuento hueco.

domingo, 21 de junio de 2009

Sueños de juventud, de Jan Svěrák


Titulada en Argentina con mayor exactitud lingüística y, más importante, con mayor fidelidad al sentido del argumento como Botellas retornables, poco se puede decir de esta pieza checa con alguna falta estructural, poca chicha y una historia mediocre que reincide en la peripecia humana tan cara al cine europeo y que, de nuevo, carece de energía, ingenio o extrañamiento.

sábado, 20 de junio de 2009

Good, de Vicente Amorim


La idea germinal es interesante, pero el guión se encarga de asfixiarla bajo el peso de una historia que desprecia todo lo que de bueno podría destellar y exalta los aspectos mediocres. Tediosa por momentos, a su director, Amorim, se le puede achacar además cierta incapacidad en la puesta en escena, por no decir que es un chapucero.

jueves, 18 de junio de 2009

Los hombres que no amaban a las mujeres, de Niels Arden Oplev


Tan fácil como pulsar aquí para conocer al asesino, así es la rocambolesca y ridícula investigación que propone este tedioso thriller sueco que, salpicado con dos o tres escenas lo suficientemente truculentas y desviando la atención con el recurso fácil del Nacionalsocialismo como punto negro del pasado de algunos personajes, parece haber cautivado el mediocre interés de un público masivo. Mención especial merece el contorsionismo de los guionistas, quienes, entre sus oficios anteriores, deben contar con los de mago dominguero y tahúr.

miércoles, 17 de junio de 2009

Presencias extrañas, de Charles y Thomas Guard


Ver una película de miedo a solas en el cine puede resultar inquietante, pero, adiestrado por las torpes convenciones del género, con taparse los oídos a la espera del trallazo de la música o los efectos de sonido que provocan el susto es suficiente para evitar taquicardias. Esta tontuna con chicas monas pasa de la tenebrosa adaptación de Hamlet (hija que sospecha de que la nueva novia del padre pudo asesinar a la madre) al desarrollo típico de los recursos de un género que no es capaz de salir del derroche sanguíneo, fantasmas truculentos y estruendosas bandas sonoras. Para colmo, las piruetas que los guionistas hacen, por ejemplo con el fantasma de la hermana de la protagonista, al modo Amenábar en Los otros, con tal de forzar las situaciones terminan de empaquetar una historia insípida con interés nulo.

lunes, 15 de junio de 2009

Vacaciones de ferragosto, de Gianni Di Gregorio


El primero por la izquierda es el director y guionista, responsable de la miserable planificación de esta anécdota insulsa y tediosa que nos viene de Italia. Debe hacerle mucha gracia, pero sólo a él, juntar a cuatro ancianas en el salón de su casa para rodar esta paupérrima tontería. Y los romanos dominaron el mundo... ¿cómo fue posible?

cortometraje de la semana


Volviendo al asunto Ecam (de nada, Coque) traigo este cortometraje escrito y codirigido por mi compañero de clase y amigo Roberto Quintanilla, que aparece interpretando a uno de los personajes de la escena del parque (minuto 1:51); es quien dice que "para beber copas malas prefiero pillar pastillas o lo que sea".

Y a modo de humilde guarnición, publico esta prueba de la técnica time lapse que hice algunos días atrás. Soplaba el viento y los disparos se realizaban de forma manual (se me olvidó el mando a distancia de la cámara), de ahí la trepidación. No obstante, ahí queda.

miércoles, 10 de junio de 2009


Sencillo, coherente y gracioso, tal como debe ser un corto (aunque esto no sea más que una prueba de animación según el autor).

los estrenos de la semana

7 minutos
Cleaner
Kika superbruja
No-Do
Te quiero, tío
Miss Marzo
La caja de Pandora

Se adelantan los estrenos en Sevilla por la fiesta del Corpus. Este domingo vuelve el programa. La curiosidad de turno es esta graciosa recreación de una de las escenas más famosas del cine contemporáneo.
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sábado, 6 de junio de 2009

Seraphine, de Martin Provost


En la imagen, uno de los cuadros "modernos primitivos" de Seraphine Louis o de Senlis, la pintora cuya biografía nos propone Provost. Y lo hace de forma interesante en la primera mitad de la película, hasta la llegada de la Primera Guerra Mundial. A partir de ahí, lo que antes era indagación y exposición de la vida y la personalidad de Seraphine se vuelve mera enumeración de acontecimientos, en los que incluso hay un cambio del punto que sitúa en primer plano los pormenores de la vida del marchante Wilhelm Uhde, descubridor de la artista. Cine francés que, al menos en este caso, se deja ver sin deseos homicidas hacia el auteur.

jueves, 4 de junio de 2009

Fuga de cerebros, de Fernando González Molina


Que sí... excremento audiovisual y todo eso que no hay más remedio que decir de esta chorrada televisiva (por cierto, hay una película argentina homónima), pero la cuestión importante es que, independientemente del dinero que haya costado, de la debilidad industrial del cine patrio, de las artimañas publicitarias de los productores, hay un director (cuyas referencias se limitan a varios capítulos de Los hombres de Paco) y "dos guionistas dos" con el mismo currículo que el anterior (al menos Velázquez ha hecho un corto) y ninguno ha demostrado tener, no sólo vergüenza al firmar este guión, sino el más mínimo talento, qué digo talento, sentido común al cortar las escenas donde hay que cortarlas, dirigir a los actores (¿?) como hay que dirigirlos, escribir una escena inteligible o verosímil o coherente o, en fin, algo de honestidad hacia el espectador... algo que los distinga de un niñato tedioso que juega con una cámara. Tal como están las cosas uno ya no espera caviar en la pantalla, ni siquiera un filetito de ternera bien hecho, pero tampoco es aceptable que en el menú sólo encuentres estiércol.

martes, 2 de junio de 2009

cortometrajes de la semana

Dos vídeos que, sin ser exactamente piezas cinematográficas, aplican la técnica del stop motion o paso de manivela, inventada o desarrollada, por ejemplo, por Melies en el amanecer del cine.