martes, 18 de agosto de 2009

Asalto al tren Pelham 1 2 3, de Tony Scott


Hacer la crítica de una película de Scott (del Tony, el Ridley es otra cosa) es como tirarse en paracaídas desde un poyete. A este pesado sólo le interesan, al parecer, los efectos ópticos, marear la cámara y montar con una Moulinex antes que con la moviola de toda la vida. Dicho lo cual no queda nada más que referir de esta estúpida hamburguesa audiovisual, salvo, y esto me parece interesante, la diferencia de tono entre esta versión y la de 1974*, ambas basadas en el mismo libro. Y es que, si en aquella teníamos a Walter Matthau y los malos eran malvados pero tenían cierta humanidad (diabólica, pero humanidad al fin y al cabo), en esta, decorada con todo tipo de florituras de fotografía, montaje y sonido, tenemos a un Travolta cabreado todo el rato y con ridículos toques existencialistas (incomprensibles antes del atentado a las torres gemelas) y a unos malos que, más que malvados, son unos hijos de perra, una especie de autómatas matarifes sin más. Y es que, un personaje no se construye haciéndole decir tacos y rapándole la cabeza.
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* No es que yo sea tan cinéfilo ni tan adicto al IMDB como otros, pero es que Canal Sur tuvo el oportunista acierto de emitir la primera versión hace poco, y me la eché a los ojos antes de ir a ver la de Scott.

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