En la línea de la serie B con ínfulas (en la que podría entrar incluso Minority report), a pesar de la decrépita presencia de un Bruce Willis anodino, y muy lejos de la ciencia ficción con calado estético, metafórico y/o filosófico, es decir, la buena ciencia ficción, Los sustitutos adolece de lo que adolece el cine estadounidense todo; faltas y defectos ampliamente denunciados en este foro. Que señale en su argumento la impostura de la sociedad y los límites a los que se puede llegar con tal de parecer, en vez de ser, es un asunto reconocido y asumido por cualquier persona con dos dedos de frente, pero escaso como materia narrativa si no es para construir un guión estimulante. Y este, no lo es.
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