sábado, 10 de octubre de 2009

Moon, de Duncan Jones


Entretenida, gracias sobre todo a una narración que plantea preguntas constantemente y burla cualquier previsión, es precisamente en su estructura donde reside su fuerza y, al mismo tiempo, su debilidad, pues sería necesario un segundo pase para encajar algunas piezas que una primera impresión no termina de ajustar en lo que parece un mecanismo de guión perfecto. Deudora evidente de 2001, una odisea del espacio y Solaris, como sucede con toda la buena ciencia ficción la historia es sugerente y estimula la reflexión acerca de temas vitales y, lo más importante, no recurre a las habituales trampas de los cinefactores fulleros y está rodada de forma impecable... hasta el final, donde un epílogo ciertamente grueso afea el conjunto.

3 comentarios:

  1. amo a ve, amo a ve... ¿no puede a uno gustarle (que no emocionarle, por desgracia) una película de vez en cuando?...¡ome!... Por cierto, Marta, si lees esto, como verás he asimilado tu latiguillo, ocurre sin embargo que, escrito, podría llamar a confusión y parecer que en vez del castizo "vamos a ver" está diciendo que ama locamente a una señorita llamada Verónica o a un señor llamado Venancio... es sólo "una observación sobre Europa"... (ejem)... ¿estás ya en Finlandia o aún no puedo librarme de perder cinco valiosos (¡valiosísimos!, un tío tan activo como yo) de mi vida en hacerte la dichosa acreditación?

    ResponderEliminar
  2. Álvaro, por favor, relee mi comentario que se entiende perfectamente... si quieres te lo pongo en inglés para que te sea más fácil... ¡panfleto!

    ResponderEliminar