domingo, 8 de noviembre de 2009

Sevilla Festival de Cine Europeo


Iniciamos semana y jornada en el Lope de Vega con Tobruk, historia de las experiencias de un batallón de checos en el ejército aliado en territorio libio durante 1941. Poco puede decirse de una película que sigue punto por punto las convenciones del cine bélico sin ofrecer más distinción que la sorpresa de encontrarnos con una producción de estas características en el país centroeuropeo.


Kisses, a continuación, nos enseña, bajo divertidos juegos fotográficos y musiquita facilona, la desagradable vida de dos niños maltratados y vejados por sus respectivos padres. Con un cortometraje de 10 minutos de paseo por Dublín nos habría bastado.


Frygtelig lykkelig (Terriblemente felices) nos transporta a la ignota Jutlandia y sus peculiaridades. Comienza muy bien esta fantasía danesa, con toques inquietantes en un ámbito siniestro, pero apenas ha transcurrido el primer rollo nos aburre (hasta el punto de dormirnos) caminando los fatigados senderos de un thriller convencional, de esos que echan por la tarde en la tele.


Decepción. No porque Köprüdekiler (Hombres en el puente) sea una mala y tediosa película, que lo es, sino porque, estimulado por un título que sugiere la poética y metafórica historia de un grupo de viriles y metálicos constructores de puentes y estructuras colosales, me encuentro, por el contrario, con, una vez más, la típica historia coral de personajes ordinarios cuando no marginales, y encima turcos. Reconozco que en mi concepto de este país asiático* tiene una fuerte influencia El expreso de medianoche.
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* A propósito de este caso y el de Hermanos, uno se pregunta si, dentro de un festival de cine que circunscribe su programa a películas europeas, es congruente con dicho principio incluir producciones que, aún siendo financiadas por países europeos, desarrollan historias ambientadas en estados que no pertenecen, por distintas y evidentes razones, a Europa.
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Para rematar, la esperada In the loop. Estructura infalible, diálogos ingeniosos, interpretaciones exactas, personajes poderosos y hasta su cuota de denuncia política... cualquier aspecto sometido a examen de In the loop aprobará con nota (si somos generosos con el director y su nauseabundo gusto por el zoom). Aún así, no deja de ser un lujoso episodio piloto de una serie de televisión imprescindible, y esto, que yo sepa, era un festival de cine.

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