martes, 23 de marzo de 2010

Los hombres que miraban fijamente a las cabras, de Grant Heslov


Circunloquio estructural y tediosa comedia que insinúa por medio de flash backs una historia más interesante que la principal. Para rematar el cuadro, concluye con un repugnante sermón, no por el sermón en sí, sino por caer en un error propio de los cines europeo y sudamericano al tratar al espectador como a un niño susceptible de adiestramiento moral o emocional, y eso, señores guionistas y directores, no nos gusta a los niños... entre otras cosas porque no somos gilipollas (en general).

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