domingo, 27 de junio de 2010

Yo soy el amor, de Luca Guadagnino


Culebrón decimonónico ambientado en el Milán actual (del que por cierto no aparece ninguna imagen ni del Inter ni del otro). Adicta a esa nueva energía visual italiana descubierta en Vincere, mal aplicada en este caso, tropieza sin embargo con lo que podríamos llamar "el efecto Eastwood", es decir, la inclusión de un momento inverosímil (y tramposo) que acelera el desenlace. La poderosa música de John Adams sostiene hasta el final una historia con dos o tres hallazgos fotográficos y poco más.

3 comentarios:

  1. ¿Me la apunto pues?, ¿merece la pena? Lo de los dos o tres hallazgos fotográficos, dicho por ti, es todo un halago...

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  2. Por favor, hazte mirar tu fobia Eastwood. Seguro que no te deja dormir por las noches.

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  3. Creo que puede gustarte, Marta, es una peli de tías, y creo que a ti no, Coque, y duermo perfectamente... salvo que piense en ti, ñam ñam...

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