miércoles, 21 de julio de 2010

Villa Amalia, de Benoit Jacquot


La cara de la Huppert se nos queda grabada de tan cerca que busca el señor Jacquot las pecas de la actriz. Con papá Truffaut a un lado y mamá Rohmer al otro (hay un angustioso momento, con sudores fríos y temblores, en el que la película parece virar hacia ese pantano de la tristeza narrativa que es El rayo verde), Rossellini desde la esquina y Godard tirando huesos de melocotón en el camino esta cosita intensa puede llegar a tener algún interés, pero sólo alguno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario