jueves, 30 de diciembre de 2010

Biútiful, de Alejandro González Iñárritu


Soporífero culebrón ambientado en una Barcelona inverosímil que bien podría ser Méjico Distrito Federal por alguna idiosincrasia que el director ha querido transportar a la ciudad mediterránea. La inoportuna apropiación de elementos propios del moderno cine de terror asiático, el uso caprichosamente ideológico del punto de vista, el empacho de recursos viscerales o la gratuidad de la mayor parte del metraje forman parte de la confitería habitual de un auteur devenido en marca comercial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario