sábado, 19 de marzo de 2011

En el centro de la tormenta, de Bertrand Tavernier


¿Un detective alcohólico? ¿Una historia de asesinatos ambientada en el sur de los Estados Unidos? Repanceta, cosa inaudita... A modo de mapa de carreteras, el guión de esta tediosa película nos da un paseo por -todos- los convencionalismos del género negro. Para muestra el botón de la hilarante y ridícula escena en la caravana de John Goodman, quien acaba cantando (y convenientemente para el guionista mediocre, aportando la solución del caso) porque, uy qué miedo, Tommy Lee Jones, en plan Charles Bronson, ha reventado su equipo hi-fi de un disparo, y ya se sabe lo sensibles que son los mafiosos con estas cosas.

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