sábado, 5 de marzo de 2011

Mujeres sin hombres, de Shirin Neshat


Analfabeta (en sentido cinematográfico) pieza proveniente, una vez más, del "misterioso" oriente. A los diálogos escritos por farmacéuticos (por aquello de que parecen prospectos) hay que unir la ininteligible caligrafía visual de la directora, una incompetente que se aprovecha de la "calentura" políticamente correcta de los productores europeos para colocarnos, cual vendedor de alfombras moro, su sospechosa mercancía.

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