domingo, 27 de marzo de 2011

Planes para mañana, de Juana Macías


¿Comparten esa sensación de estar en el cine leyendo un guión en vez de viendo una película? Esto ocurre cuando los actores son malos, cuando los actores son buenos o malos pero el director no sabe hacer su trabajo y/o cuando los diálogos son ofertas del Carrefour y se cuelan en los oídos como estiletes mohosos. Planes para mañana reúne un par de estos requisitos y añade algunos otros problemas en cuanto a planificación, verosimilitud y estructura, haciendo que el resultado sea una soporífera lectura de guión.

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