martes, 5 de abril de 2011

cara B


Humpday
Es esta una película sencilla, sin valores cinematográficos destacados, pero merece aparecer en la sección de cara B por dos cuestiones: la producción y el argumento. En cuanto a la producción, se demuestra lo fácil que es hacer cine; dos o tres personajes, dos o tres localizaciones y poco más. En cuanto al argumento, la directora, Lynn Shelton, indaga en los recovecos oscuros de la masculinidad con una historia de reencuentro entre dos viejos amigos y una noche de borrachera en la que, como suele suceder, se establece un desafío.


Cómo terminé el verano
Bien distinta es esta película de Aleksei Popogrebsky. Sólo hay dos personajes y una localización, pero se requiere un esfuerzo de producción por el desplazamiento y mantenimiento del equipo de rodaje en las desoladas, poderosas y majestuosas latitudes árticas donde se desarrolla una historia de ritmo elegante y prodigiosa fotografía.

En cualquier caso, ambas me sirven para reflexionar acerca del cine tal y como lo conocemos. Por un lado, el viernes se estrenó en Sevilla, con una semana de retraso respecto a Madrid, el documental Inside job. Lo curioso es que Canal Sur ha dedicado un extenso reportaje a la película en los informativos del domingo. Unión Cine Ciudad, la exhibidora, declara no saber nada de este repentino interés. Por el reportaje en sí, confeccionado con los comentarios de los espectadores, se infiere que acaso se haya hecho una especie de "excursión" al cine, el Avenida concretamente, de un grupo de gente preseleccionada, con lo que se podría especular con una maniobra política. Por otro lado están esas películas que vamos incluyendo en la sección de cara B y que, es fácil imaginar, sólo pueden encontrarse en la red.


Imagen de Kaboom, de Gregg Araki
En resumen, cada vez se me hace más claro cuán estrecho es el panorama cinematográfico establecido según las grandes productoras estadounidenses y una "línea editorial" de convenciones estéticas, morales y económicas convergente con la "ideología política oficial". Más allá de esos límites encontramos gente haciendo cine con generosidad y sin prejuicios, y gracias a internet, es posible acceder a este catálogo "clandestino".

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