martes, 31 de mayo de 2011

Carta blanca, de Peter y Bobby Farrelly


Dentro del género menor de la comedia los Farrelly son de los autores más interesantes. Acaso porque tengo un agradable recuerdo de las "dotes" cinematográficas de Amor ciego. Así, conociendo el percal, estaría dispuesto a recomendar esta comedia simpática y bien resuelta que tiene tres o cuatro detalles memorables.

lunes, 30 de mayo de 2011

Sin identidad, de Jaume Collet-Serra


Qué hago yo en este engendro, parece preguntarse el pobre Neeson, una especie de Steven Seagal con mejor peluquero. No es casualidad que el director (¿?) sea español; qué cineasta con un par de dedos de frente aceptaría involucrarse en esta porquería inverosímil y fullera en la que una actriz alemana encarna a una bosnia que trabaja en Alemania... ¡rediós!

domingo, 29 de mayo de 2011

Caperucita roja, de Catherine Hardwicke


Siguiendo los presupuestos estéticos y narrativos de cierta saga de vampiros, Hardwicke plantea una variante con hombres lobo por medio en esta informe adaptación del cuento infantil clásico. Interpretaciones de frigorífico y un guión elaborado con plantilla conforman una historieta más bien insípida.

sábado, 28 de mayo de 2011

Pequeñas mentiras sin importancia, de Guillaume Canet


Tedioso e interminable relato de las vacaciones de unos maromos cercanos a los cuarenta que se comportan como si tuvieran quince, jugando a las casitas, a los médicos y a me quiere no me quiere... y encima, franceses.

jueves, 26 de mayo de 2011

No tengas miedo, de Montxo Armendáriz


Entre la alevosía y la repugnante carroña propias de un programa de televisión de la peor clase aflora débilmente la historia de una muchacha que afronta su pasado y trata de construir su vida. Si Armendáriz, en vez de comerciar bajo malas artes y peores habilidades cinematográficas con el crimen de la pederastia y se ocupara de hacer una película habría tenido tiempo de trabajar en un guión que deja a Belén Rueda a la altura de un mojón de perro, a Lluis Homar colgando de un guindo y a la Jenner mirando a Gelves en la interpretación más insustancial de su vida.

lunes, 23 de mayo de 2011

Thor, de Kenneth Branagh


Pobre puesta en escena y confusa historia para una pieza más en el ya sobrepoblado género de las adaptaciones de tebeos de Stan Lee. De hecho, sin vergüenza, se permite hacer alguna referencia a Iron man y cuela, al final de los créditos, una especie de trailer de Los vengadores. Brannagh aniquila pronto el sentido del humor que le da algo de chispa a la película y se concentra en hacer cada vez más inverosímil y torpe el argumento.

domingo, 22 de mayo de 2011


A modo de resumen voy a ventilar de un plumazo tres piezas infames del cine contemporáneo (o exhibición de atrocidades -cinematográficas-). Empezando por Águila roja, la película, de José Ramón Ayerra. Digna dentro de un nivel mediocre, merece el crédito de caminar por esos senderos poco transitados por la "industria" nacional. No se libra sin embargo de la rigidez habitual de los diálogos, cierta inverosimilitud en algunas escenas y, en general, una apatía narrativa afecta al medio televisivo que la colma de indiferencia.


No lo llames amor... llámalo X, de Oriol Capel, es un artefacto infecto desde el momento en que tiene la poca vergüenza de plagiar una escena de la serie Extras. Si el inicio puede considerarse simpático, poco a poco la historia se hunde en las alcantarillas estructurales y convencionales del medio televisivo para resultar un excremento de difícil ingestión.

Hop, de Tim Hill, cierra este siniestro trío. La intención de convertir una película de Semana Santa (su equivalente estadounidense, claro) en producto navideño siguiendo todas las convenciones del género no tendría mayor inconveniente si no fuera por la pésima ejecución cinematográfica de director y guionistas, incluyendo bichos animados cuya versión doblada perpetra cierto dúo de presunto tirón humorístico cuyo nombre me niego a especificar para salvaguardar la integridad estética de este blog. Un auténtico infierno del mal gusto.

sábado, 21 de mayo de 2011

Bebés, de Thomas Balmes


Registro en vídeo de los primeros meses de vida de cuatro individuos de la especie humana. El interés sociológico o antropológico se da por sentado gracias al tratamiento cinematográfico de tal documento; son la estructura del relato y la materia narrativa los elementos fundamentales. Ocurre sin embargo que los segmentos dedicados a los niños asiáticos son los menos interesantes, al contrario que los dedicados al blanco y al negro que, por especular, podría entenderse como un ligero ensayo sobre la evolución humana o una comparación de civilizaciones. En definitiva, más allá de los detalles que producirán el babeo en las personas proclives a volverse imbéciles ante la presencia de los chiquillos, es este un documental algo tedioso y bien poco nutritivo.

jueves, 19 de mayo de 2011

El inocente, de Brad Furman


Confitura a mayor gloria del mediocre McConaughey con la calculada dosis de giros de guión, trampas y demás convenciones narrativas propias de un producto televisivo.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Tournee, de Mathieu Amalric


Desprovista de cualquier sustancia cinematográfica o interés artístico, siquiera documental, el cine francés nos cuela otra tontería con ínfulas que suscribe la expresión narrativa a la mode con la pedantería y la aburrida solemnidad de estos casos pero que, sin embargo, resulta en cuchufleta y flatulencia intelectual comparado con cualquier otra película del mismo estilo.

martes, 17 de mayo de 2011

El sicario de Dios, de Scott Stewart


La razón por la que uno acaba perdiendo el tiempo (y la paciencia, y la fe, y la esperanza) bajando a las arquetas del infierno cinematográfico es la curiosidad y el interés. Ante la puerta uno siempre tiene la inocente intención de entrar en un sitio agradable donde pasar un buen rato, pero la mayoría de las veces se topa con estiércol del calibre de esta repugnante memez escrita con el ano.

lunes, 16 de mayo de 2011

Río, de Carlos Saldanha


Ínfimo folleto publicitario sobre la ciudad de los próximos Juegos Olímpicos cuya pésima calidad cinematográfica bien podría compararse a la mejor pieza de animación española: hasta ese punto se ha degradado el género.

sábado, 14 de mayo de 2011

Miss Tacuarembó, de Martín Sastre


Como alucinación etílica, empacho de Sugus y ramalazo metarreligioso del guionista ha de entenderse este desmadre musical cuya estructura podría recordar al de un programa de televisión de variedades que tendría, sin duda, exclusiva plaza en la parrilla de esa desgracia chapucera e ínfima que es Canal Sur para solaz de ancianos seniles, plumas ibéricas y dementes varios.

martes, 10 de mayo de 2011

Destino oculto, de George Nolfi


El relato en el que se basa esta película, como suele pasar, bien poco tiene que ver con su adaptación cinematográfica, por lo que habrá de ser reconocido el esfuerzo del director y guionista en levantar tal edificio partiendo de tan escaso cimiento. A partir de ahí, caiga el escarnio sobre la figura de Nolfi, omnipotente creador de esta inverosímil e informe historia cuyos mayores pecados conciernen a la incapacidad narrativa del guionista de profundizar y explotar los poderosos argumentos que insinúa Dick en su relato y que apenas se asoman entre la sarta de convenciones y bastas invenciones del director, empeñado en sobreponerse al genio alquímico de la torpe pero luminosa literatura del autor de El hombre en el castillo o Ubik.

lunes, 9 de mayo de 2011

Tokio blues (Norwegian wood), de Tran Anh Hung


Del Hung de Pleno verano ha quedado un pomposo y cursi fotógrafo empeñado en filmar una historia intrascendente y de nulo interés. Melodramón insoportable, uno puede llegar a sentir náuseas gracias a la puesta en escena en algunos momentos de este pastelito japonés tedioso.

domingo, 8 de mayo de 2011

Soy el número cuatro, de D. J. Caruso


Variación de la saga Crepúsculo con extraterrestres brutotes que repite la plantilla de chico mono de mirada intensa y niña timorata de espíritu creativo. Antes que hamburguesa, podríamos hablar de papilla cinematográfica; un mejunje delicadamente preparado para la fácil ingestión y rápido procesado de mentalidades pueriles o directamente subnormales.

sábado, 7 de mayo de 2011

Rompecabezas, de Natalia Smirnoff


Injusto sería parafrasear a Gene Hackman en La noche se mueve inventando la expresión "una vez vi una película de la Smirnoff, era como ver a alguien haciendo un rompecabezas". Lo que no es injusto es calificar esta historieta de convencional, inverosímil, previsible y, sobre todo, tediosa.

lunes, 2 de mayo de 2011

Año bisiesto, de Michael Rowe


Tedioso cortometraje estirado con la desvergüenza (que no inteligencia, talento o ni tan siquiera habilidad) acostumbrada por los guionistas incompetentes que narra la lúbrica peripecia de una mujer con traumas parentales no resueltos.