domingo, 22 de mayo de 2011


A modo de resumen voy a ventilar de un plumazo tres piezas infames del cine contemporáneo (o exhibición de atrocidades -cinematográficas-). Empezando por Águila roja, la película, de José Ramón Ayerra. Digna dentro de un nivel mediocre, merece el crédito de caminar por esos senderos poco transitados por la "industria" nacional. No se libra sin embargo de la rigidez habitual de los diálogos, cierta inverosimilitud en algunas escenas y, en general, una apatía narrativa afecta al medio televisivo que la colma de indiferencia.


No lo llames amor... llámalo X, de Oriol Capel, es un artefacto infecto desde el momento en que tiene la poca vergüenza de plagiar una escena de la serie Extras. Si el inicio puede considerarse simpático, poco a poco la historia se hunde en las alcantarillas estructurales y convencionales del medio televisivo para resultar un excremento de difícil ingestión.

Hop, de Tim Hill, cierra este siniestro trío. La intención de convertir una película de Semana Santa (su equivalente estadounidense, claro) en producto navideño siguiendo todas las convenciones del género no tendría mayor inconveniente si no fuera por la pésima ejecución cinematográfica de director y guionistas, incluyendo bichos animados cuya versión doblada perpetra cierto dúo de presunto tirón humorístico cuyo nombre me niego a especificar para salvaguardar la integridad estética de este blog. Un auténtico infierno del mal gusto.

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