sábado, 4 de junio de 2011


Es hora de hacer un superficial repaso panorámico. Empiezo con Blog, ópera prima de Elena Trapé y en cuyo guión participa mi compañera de clase Valentina Viso. No parece sin embargo que la directora haya sacado provecho de la agudeza intelectual y la sutileza literaria de mi amiga. Blog es, en realidad, un cortometraje, casi un videoclip -el que aparece hacia el final de la película- ampliado con insustanciales confesiones e inverosímiles piruetas narrativas para mantener el suspenso de una trama que no es tal y que hurta al espectador las razones por las que una pandilla de adolescentes deciden quedarse embarazadas al mismo tiempo. Del tono casi documental, una especie de cinema verité durante toda la película, saltamos de golpe a la artificiosa composición del final. Sólo cuando las chicas hablan con voz propia podemos prestar algo de atención.


También de adolescentes habla esta producción argentina titulada Una semana solos, de Celina Murga. Niños pijos aburridos reproducen una versión pueril de La naranja mecánica en una urbanización de alto standing. Que los niños están aburridos lo sabemos no porque la película lo diga, sino porque lo es.


Y hablando de aburrimiento, de tedium vitae, hay que mencionar La mitad de Óscar, de Manuel Martín Cuenca, quien hace una versión de Las horas del día (con el asesinato de un taxista incluido) en el fotogénico paisaje de Almería. Planos interminables huecos de significado, diálogos de besugo, una vuelta de tuerca al argumento y cierta pedantería visual conforman los rasgos de una historieta de la que el inefable Rosales puede sentirse orgulloso.


Y para relajar el tono esta curiosidad chilena convencional y ultrapop, un divertimento sin mayores cualidades que un par de diálogos y un título muy cuchi: Qué pena tu vida, de Nicolás López. El autor amenaza con Qué pena tu boda.

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