lunes, 27 de junio de 2011

Un cuento chino, de Sebastián Borensztein


Simple comedia, de tono ligero y verosimilitud inestable cuyos parámetros estéticos podrían situarse entre el florido optimismo de Amelie y el surrealismo neumático de El milagro de P. Tinto. Darín, como casi siempre, lo mejor... lo que tampoco es gran cosa.

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