martes, 9 de agosto de 2011

La víctima perfecta, de Antti Jokinen

Entre el gesto de asco de la Swank, la escenita ridícula en la que se aplica crema ¡con la camiseta puesta!, que nos cuentan la película dos veces, lo difícil que es matar al barbitas -el malo de la historia- y las trampas del guión nos quedamos con una tontería que no da para más que un cortometraje y gracias.

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