jueves, 3 de noviembre de 2011

Sevilla Festival de Cine Europeo


Nueva edición del festival de cine que, por lo visto, parece tener los días contados. Lo que es evidente este año es el presupuesto escaso, y se pone de manifiesto en pequeños detalles de organización y logística y, lo que es peor, en el aspecto puramente cinematográfico, desde los subtítulos, al parecer traducidos directa y literalmente de la versión inglesa gracias a Google translator y redactados por un subnormal analfabeto, a una selección de películas harto discutible, pues apenas hemos empezado y ya son tres las cintas programadas que he tenido oportunidad de ver hace meses gracias al "almacén cibernético".


La primera en la boca. Además de proyectar una copia en dvd que ocupaba apenas un cuarto de la pantalla, Cabeza de toro, de Michael R. Roskam, es una historieta anodina que plantea una trama de contrabando de hormonas para ganado pero por medio de un flashback de esos que es como un leñazo en las rodillas abre una segunda trama que explica la desgraciada vida del protagonista. Tediosa.
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Pero para aburrimiento el que nos hace pasar Pernilla August con Más allá, un culebrón insoportable de hijos suecos contra padres fineses hecho a base de primeros planos, la muestra de analfabetismo más profundo en un cineasta, y una moderna fotografía granulosa.
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A punto de salvar la jornada ha estado Soldado de papel, de Aleksei German. Ambientada en los años sesenta y localizada en el lugar de construcción de un cosmódromo en Kazajstán, planificada de modo coreográfico -se echa de menos un tamaño de plano mayor en algunos momentos- y con un guión de esos que se escurren de los estrictos límites de una narración convencional, inicia de forma brillante, con referencias tanto a Tarkovski como a la Nouvelle Vague en esa escena poderosa en la dacha, pero a partir de la cual empieza a hundirse en una especie de agotamiento de sus propios recursos.

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