jueves, 22 de diciembre de 2011

Acero puro, de Shawn Levy


Entre las ocurrencias del desahogado Spielberg llega una película de robots boxeadores basada en un relato del mismo autor de Soy leyenda. Teniendo en cuenta estas premisas, y que le han pedido "prestado" a Silvester Stallone medio argumento, lo único reprochable es la construcción de los personajes metálicos, cuyo comportamiento antropomórfico resulta inverosímil. Por lo demás, a los dobladores, esos mendrugos, habría que darles con la mano abierta en la cara dura que tienen por cobrar en oro un trabajo de mierda (de toda la vida se ha dicho "asalto" y no round, mongolos).

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