domingo, 19 de febrero de 2012

Papá, soy una zombi, de Joan Espinach y Ricardo Ramón


Pieza infame confeccionada a base de retazos de otras películas (no es difícil imaginar con quién humedecen sus sueños estos muchachos) de una rigidez narrativa casi insoportable y una puesta en escena lamentable. Añádase la pobreza del guión, la falta de ritmo, la arbitrariedad de las acciones, el pésimo diseño de sonido y un dibujo chapucero y obtendremos el nivel más bajo de la animación española (o, siendo malos, el nivel de siempre).

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