sábado, 11 de febrero de 2012

War horse, de Steven Spielberg


Si la interminable y retorcida escena del arado ya huele a chamusquina, a uno se le caen los calzones cuando comprueba el nivel de inglés hablado (y seguramente escrito) de los alemanes y franceses allá a principios del siglo XX. Podríamos discutir sobre inmoralidad o indecencia cinematográficas. Habrá que añadir la hilarante actitud "humana" de los caballos y el tono pueril general para completar una visión hórrida de este pastelito de un tal Spielberg, otrora director de cine ahora cocinero de McDonalds.

1 comentario:

  1. Lo más interesante es lo menos explotado, es decir, que el caballo es una excusa para conocer la intrahistoria de la guerra y las modificaciones que se producen respecto a conflictos anteriores (basta el ejemplo del casco que usan los alemanes, del pintoresco adorno prusiano a la cúbica coraza). Junto a la escena de la liberación del caballo atrapado en el alambre de espino, esta que ilustra la foto, la carga de caballeros es de las mejores: la frase del oficial alemán al inglés después de que su orgullosa y rimbombante caballería fuese diezmada por las ametralladoras, "¿Pero usted quién se ha creído que es?", establece con precisión el cambio radical que significó la I Guerra Mundial en la historia con la "industrialización" del concepto bélico (armas químicas, introducción de carros de combate y un incipiente uso de la aviación como fuerza decisiva). Pero a Spielberg lo que le gusta es la fotografía de confitería y la música del pesado de Williams.

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