sábado, 31 de marzo de 2012
Intrusos, de Juan Carlos Fresnadillo
Tediosa historieta de terror psicológico con dos graves problemas, a saber, una estructura hinchada a base de inútiles flashbacks que, además, no cuadran con la propia historia: no hay relación entre el pasado del protagonista y las pesadillas de la niña por mucho que los guionistas se empeñen en forzarla.
viernes, 30 de marzo de 2012
jueves, 29 de marzo de 2012
miércoles, 28 de marzo de 2012
Intocable, de Eric Toledano y Olivier Nakache
Simpática comedia apoyada fundamentalmente en el "discutible" recurso de la compasión. De nuevo, la especulación argumental resulta más interesante que la propia narración, y es que, si hacemos un examen más detenido (y sin prejuicios) podemos establecer una analogía simbólica del personaje paralizado, melómano y cultivado, de gustos exquisitos, al que un emigrante simplón pero dicharachero le da la fuerza motriz y que además cuestiona y menosprecia sus pertenencias y querencias sociales y culturales con una Europa rancia y esclerótica animada por huestes extrañas sin tradición histórica penetrada de costumbres y actitudes nocivas, o, cuando menos, chocantes. Mientras uno envejece y se muere dejando atrás, sin mucho dolor o sentimiento de pérdida irreparable, casi tres milenios de tradición, cultura y desarrollo, el otro se fortalece y prepara su asentamiento y perpetuación en el devastado solar del viejo continente.
martes, 27 de marzo de 2012
Todos los días de mi vida, de Michael Sucsy
Comedia convencional en la que destaca el desarrollo natural de los personajes (chúpate esa, Clint) y una curiosa metáfora sociológica por la que la pérdida de memoria de la protagonista y su posterior comportamiento podría entenderse como el deseo del subconsciente colectivo estadounidense de volver a un estado previo del estado de las cosas al sentirse íntimamente arrepentido o decepcionado de haber votado a su primer presidente mulato.
lunes, 26 de marzo de 2012
Tan fuerte, tan cerca, de Stephen Daldry
domingo, 25 de marzo de 2012
sábado, 24 de marzo de 2012
Indomable, de Steven Soderberg
La contundente presencia de Gina Carano es lo único a destacar de esta tontería chapucera, de estructura amorfa y molesta, en la que una mala bestia, por razones ininteligibles (eso es un guión bien hecho) se lía a mamporros con el primero que se le cruza, y así ad infinitum hasta que uno se pone a planchar o a hojear el Hola.
viernes, 23 de marzo de 2012
jueves, 22 de marzo de 2012
Cinco metros cuadrados, de Max Lemcke
miércoles, 21 de marzo de 2012
Un lugar para soñar, de Cameron Crowe
Si el principio de la película genera algún interés, bien pronto cae nuestro gozo en un pozo pues conforme avanza la historia más es el almíbar que se va añadiendo, para explotar finalmente en una intoxicación de edulcorante que no debe ser buena para la salud. Aprendemos una cosa sin embargo: Sigur Ros está sobreexplotado como banda sonora y su uso no hace ningún beneficio al interés del narrador.
martes, 20 de marzo de 2012
Eva, de Kike Maíllo
Sea reconocido el mérito de escribir y producir una película de ciencia ficción en el yermo panorama creativo español antes de entrar a cuchillo. Dos son las referencias evidentes de esta rara pieza; por un lado Blade runner, cuyo aspecto "existencialista" no consigue alcanzar, ni de lejos, un guión anodino y superficial, y a la que apenas puede acercarse con la frase "Qué ves cuando cierras los ojos", una variación flagrante de "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?", el portentoso título de la novela de Dick en la que Ridley Scott basa su película. Por otro lado, y asumiendo desagradables hábitos, tenemos a Los otros, la tramposa película de Amenábar que "presta" su argucia intolerable con objeto de escamotear información al espectador para, a traición soez, asombrarle con un giro final ingenioso. Pero, ay, en este caso, y según tengo entendido, los robots ni jadean por el esfuerzo ni duermen, por lo que la eficacia de tal giro está desactivada. Finalmente, la ausencia de referencias a las leyes de robótica establecidas por Asimov es, por supuesto, otro punto en contra.
A modo de "contenido extra" y hablando de robots me he permitido la licencia de añadir una reseña sobre una película que forma parte de la memoria cinematográfica primera de quien suscribe, ya sea por el género o, incluso, por el recuerdo, inevitablemente impregnado de voluptuosidad adolescente, de una Virginia Madsen ciertamente menos guapa que su reminiscencia.
Sueños eléctricos, de Steve Barron, es una curiosa historieta de ordenadores autoconscientes. Casi treinta años después de su estreno, el interés reside en su carácter de "documento histórico" sobre los inicios del desarrollo de la informática e incluso de un rudimentario internet. En el aspecto puramente cinematográfico no deja de ser una simpática comedia romántica con sobrecarga musical en la que se suceden los ritmos de los ochenta a golpe de videoclip (no en vano el productor es Richard Branson) y en la que destaca el personaje del ordenador, una especie de poltergeist melómano y creativo.
lunes, 19 de marzo de 2012
Las malas hierbas, de Alain Resnais
domingo, 18 de marzo de 2012
En tierra de sangre y miel, de Angelina Jolie
viernes, 16 de marzo de 2012
jueves, 15 de marzo de 2012
Esto es la guerra, de McG
martes, 13 de marzo de 2012
Apenas monográficos casi monotemáticos
La imagen superior pertenece a Meek's cutoff, de Kelly Reichardt, una película de pioneros en la época de expansión hacia el oeste de los Estados Unidos. La austeridad de la planificación y la puesta en escena, así como el carácter metafórico de la historia entramado en un guión de concisión narrativa han estimulado mi interés en la autora.
Ode, mediometraje de estridentes efectos de zoom y una historia casi esquemática, parecería una ópera prima, pero sin embargo es la segunda película de Reichardt (me ha sido imposible, de momento, recuperar Río de hierba) que cuenta la trágica relación de dos adolescentes. Parece bastante mejor de lo que es.
Siete años después, en el 2006, aparece Old joy. No se entiende cómo este cuento de materia narrativa mínima, prácticamente anecdótica, sobre dos amigos que se van a tomar un baño de aguas termales cuenta con premios aquí y allá y cierto prestigio artístico.
Igualmente severa en su condición narrativa es Wendy y Lucy, de la que apenas se puede destacar nada salvo la depuración del estilo "dogmático" de Reichardt pulido ya en Meek´s cutoff.
domingo, 11 de marzo de 2012
Los idus de marzo, de George Clooney
sábado, 10 de marzo de 2012
El capitán Trueno y el Santo Grial, de Antonio Hernández
Resaltar las (innumerables) faltas de la película parece tedioso a estas alturas, pero no insignificante, pues esta pieza no hace sino poner de manifiesto la verdadera tara del cine español: la industrialización. Para construir una industria hace falta profesionales que escriban un guión verosímil, que sepan dirigir actores, que sepan interpretar, y también, que sepan elaborar un calendario de producción que contribuya a crear un producto con hechuras aceptables. Mientras los "profesionales" del cine español no se tomen en serio el trabajo y dejen de hacer las cosas "de oídas" habrá películas con "errores" de reparto, con un guión de retales y cochambroso, con una puesta en escena hilarante y hasta con extravagancias de maquillaje y peluquería de esas que muerden a los ojos.
Por razones acaso borrosas me parece oportuno recordar esta película de Fernando Colomo; El caballero del dragón, una rareza impensable en la "industria" patria y más en 1985. En comparación a la anterior -siendo generosos podemos encuadrar ambas dentro del género de aventuras, por ejemplo- nos encontramos con un guión mejor escrito -ciertamente mejor- y un despliegue de efectos especiales que, a pesar de su aspecto artesanal, resultan efectivos y hasta ingeniosos. Otra cosa puede ser las actuaciones de Klaus Kinski o Harvey Keitel, quien interpreta a un vanidoso guerrero (antecedente del príncipe presumido de Shreck) y que debió pasárselo muy bien en la España de entonces. También aparece Fernando Rey, impecable -a pesar del trompazo que se da por el empujón de Kinski-, y un Miguel Bosé mejor teñido que el pobre muchacho de El capitán Trueno y bastante verosímil en su trabajo a lo Jeff Bridges en Starman. La intervención de Colomo en el guión aporta esos momentos de comedia que afloran, por ejemplo, con el personaje del Caballero Verde, a la sazón Josep María Pou, y que al menos distinguen la pieza dotándola de cierta energía, resultando una película treinta años más vieja que la anterior pero, sin duda, más viva.
viernes, 9 de marzo de 2012
jueves, 8 de marzo de 2012
¿Y ahora adónde vamos?, de Nadine Labaki
El cine, por su carácter de artesanía miserable, admite la intrusión de toda clase de pajarracos y bestezuelas movidos por los más polvorientos motivos tales como el egocentrismo, la satiriasis o, como en el presente caso, el mesianismo. Labaki presenta una insoportable chapuza, hilarante de principio a fin, de vergonzosa simplicidad, paupérrima calidad artística y un ofensivo tono pueril que uno ha de sacudirse de la cabeza cual nido de piojos con la que desafía al mundo proponiendo su brillante solución a los conflictos interraciales o interreligiosos según los parámetros de ese "sentimentalismo Disney" que ha vuelto a todo quisqui imbécil. El orbe todo agradece tu ardida causa, Labaki.
martes, 6 de marzo de 2012
Chronicle, de Josh Trank
El interés radica en que, aunque sigue la estructura clásica del género -de superhéroes-, incluyendo la gran pelea final, acaso convencional, parece una historia nueva gracias a la puesta en escena, con unos efectos especiales impecables, y sobre todo la planificación. Sin embargo, el punto de vista subjetivo se convierte en el mayor problema de verosimilitud de la narración. Salvado este asunto con alguna generosidad, queda una simpática película de adolescentes descubriéndose a sí mismos con portentosos momentos como la escena de las nubes.
domingo, 4 de marzo de 2012
Declaración de guerra, de Valerie Donzelli
sábado, 3 de marzo de 2012
Young adult, de Jason Reitman
viernes, 2 de marzo de 2012
jueves, 1 de marzo de 2012
Mi semana con Marilyn, de Simon Curtis
Más allá de los retratos del personaje y la persona aludidas en el título, acertado o no, queda una película de estimulante inicio, aquello que tiene que ver con la producción cinematográfica, pero que poco a poco se va diluyendo en las convenciones de la comedia romántica y de la que podríamos rescatar apenas las interpretaciones de Brannagh y una Watson definitivamente limpia de ñoñerías potterianas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)