jueves, 5 de abril de 2012

La montaña rusa, de Emilio Martínez Lázaro


El lado rancio y torpe del cine español, chapucero en verdad, lo demuestra la convicción del mediocre y deprimente director de que un desnudo (hay cuatro o cinco) de la Sánchez puede animar la taquilla. Bajo estos ínfimos presupuestos y según estas miserables referencias opera aún nuestro cine, incapaz de contar algo que no sea una calentura adolescente, y, peor aún, sin bajarse de los clichés del género. A nuestros autores, especialmente a la guionista de La montaña rusa, les recomiendo la siguiente película: esto, por ejemplo, es una comedia (bien hecha, es decir, hecha por profesionales, Baruchel a la cabeza).

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